The Eastern Connection: Emre Isiyel
Comenzamos una nueva sección en nuestra publicación en la que “conectamos” con los mejores profesionales, clubs, festivales y gente relacionada con el sector de la música electrónica en el medio Oriente. En este número comenzamos con Emre Isiyel desde el club Kastel en Estambul (Turquía)
By Ertan Koculu (The Sync Beat Eastern Connection Team)
Hola Emre, cuéntanos un poco sobre ti.
Mi interés por la música comenzó desde muy joven, pero fue en 2010, cuando empecé a pinchar, que entendí que se había convertido en una auténtica pasión.
Con el tiempo, sentí la necesidad de profundizar no solo como DJ, sino también como productor, por lo que estudié ingeniería de sonido en el Instituto Técnico de Galatasaray (ITM). Esto me permitió desarrollar un proceso creativo que refleja con mayor fidelidad lo que experimento en el escenario.
He tenido el privilegio de compartir cabina con artistas a los que admiro profundamente, como Rebuke, Son of Son, Lehar, Stephan Jolk, Juliet Fox, Eynka, Lossless o Baset, y he coincidido en festivales con grandes nombres como Argy y Claptone. Varios de mis temas han sido lanzados por sellos reconocidos como Dear Deer, Family Picnic y Ritual, con una muy buena recepción internacional.
Actualmente soy el director musical de Kastel, en Estambul. Sigo trabajando en mi música, pero también estoy muy enfocado en desarrollar proyectos que den espacio a nuevos talentos y fortalezcan la cultura electrónica local. Un ejemplo es nuestra escuela de DJs dentro de Kastel y la estructura internacional de bookings, que buscamos llevar cada vez más lejos.
¿Cómo fue tu primer contacto con la música electrónica? ¿Hubo alguna persona o circunstancia que te marcara especialmente?
La música siempre ha estado presente en mi vida como una de mis grandes pasiones. Descubrí la música electrónica durante el instituto, y desde entonces se convirtió en una parte inseparable de mí.
¿Qué emociones predominan cuando estás detrás de los platos?
Para mí, ser DJ es una forma de crear conexión. En ese momento mágico, cuando el ritmo se fusiona con la energía del público, surge una especie de vínculo invisible. No se trata solo de pinchar música, sino de contar una historia y transmitir emociones. A veces haces bailar, otras veces haces pensar, o despiertas un recuerdo. Esa conexión única es lo que me emociona en cada actuación.
Cuando subo al escenario, el tiempo se detiene. Solo existimos la música, el público y yo.
¿Qué aspectos consideras clave al preparar tus sets?
Lo más importante para mí es contar una historia. No busco únicamente hacer bailar, sino guiar al público en un viaje sonoro. Por eso, cuido tanto la coherencia técnica como la narrativa emocional del set: las transiciones, las oleadas de energía, los cambios de atmósfera… Para mí, un set debe tener un inicio, un desarrollo y un clímax. Cada pista tiene su lugar y su propósito.
También tomo en cuenta el contexto: el lugar, la hora, el tipo de público. Cada set debe ser único y especial para ese momento. No se trata de repetir fórmulas, sino de crear una experiencia irrepetible.
¿Qué es lo que más te motiva dentro de tu carrera?
La producción. Hay algo muy poderoso en transformar emociones en sonidos, en crear desde cero una pieza que luego conecta con otras personas. Si ser DJ es vivir el presente con el público, producir es construir ese presente. Una melodía o una línea de bajo pueden encapsular un sentimiento, una noche, un recuerdo. Que alguien escuche uno de mis temas en otro país y sienta algo… esa es una motivación inmensa. Quiero dejar huella con mi música, y la forma de hacerlo es creando.
Hablemos de Kastel. Eres su director musical. ¿Qué lo hace especial?
Kastel tiene una identidad única dentro de la escena nocturna de Estambul. No es solo una discoteca, es un espacio de experiencias.
Como director musical, me enfoco en que cada evento tenga una atmósfera propia. La arquitectura, el sistema de sonido, la iluminación y, por supuesto, la música, están cuidadosamente pensados para funcionar en conjunto.
Cada evento gira en torno a una temática, y todos los elementos desde la programación artística hasta la decoración— refuerzan esa narrativa. Combinamos talento local con artistas internacionales, apostando siempre por la calidad musical. Kastel no es solo un lugar donde se escucha música, es un lugar donde la música cobra vida.
¿Qué opinas sobre la proyección internacional de los DJs turcos?
Creo que el talento turco tiene un enorme potencial y ya lo está demostrando a nivel mundial. Muchos artistas de aquí han alcanzado altos estándares tanto en producción como en performance.
Nuestra herencia cultural, tan rica y diversa, nos da una voz única dentro de la música electrónica.
Pero más allá del talento, es fundamental la disciplina, el trabajo constante y saber conectarse con redes internacionales sin perder la identidad.
Desde Kastel y mis proyectos personales, intento apoyar a estos artistas para que tengan visibilidad global. Que la música electrónica turca se abra paso en el mundo es una meta muy importante para mí.
¿En qué tipo de proyectos te gustaría involucrarte a futuro?
Mi sueño es seguir conectando con personas a través de mi música y romper barreras culturales mediante proyectos como Kastel.
Me apasiona la idea de crear un lenguaje universal con sonidos, compartiendo experiencias con gente de distintos países y culturas.
¿Tienes próximos lanzamientos?
Sí, hacia finales del verano publicaré nuevos temas con tres o cuatro sellos diferentes. Presentaré un sonido más potente y enérgico. Estoy deseando compartir esta nueva etapa con el público.
