septiembre 29, 2025
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Llevas más de dos décadas en la escena electrónica de Buenos Aires. ¿Cómo ves la evolución del circuito desde tus inicios en 2001 hasta hoy?

Casualmente, hace unos días vi en redes sociales un reel que mostraba la evolución de las fiestas Creamfields desde su inicio en 2001 hasta la actualidad.

Es impresionante cómo ha crecido la cantidad de público a lo largo de estos años y cómo la música electrónica, que antes era un nicho para entendidos, se ha masificado. Considero que el crecimiento ha sido enorme, quizás incluso demasiado para mi gusto.

Comencé a mezclar con vinilos y, en su momento, rechacé el formato CD. Sin embargo, llegó un punto en el que la música estaba disponible más rápido en CD que en vinilo importado, incluyendo los promos y las primeras producciones de estudio.

Eso me llevó a adoptarlo, y hasta el día de hoy sigo tocando en ese formato, alternando entre CDs y vinilos, aunque nunca me atrajeron los controladores.
Volví al circuito hace poco, ya que desde 2017 atravesé algunos problemas de audición que me mantuvieron alejado de la escena porteña que solía frecuentar. No obstante, el crecimiento del circuito sigue siendo indiscutible.

Tu estilo se mueve entre el Progressive House, el Tech House y el Deep House. ¿Qué te atrae de esa paleta sonora y cómo logras imprimirle tu sello personal?

Mi mayor afinidad es con el Progressive House, aunque también me atraen mucho el Deep House y los breaks.

Suelo moverme entre esos géneros en mis DJ sets. Siempre me han cautivado los sonidos profundos y atmosféricos, y tanto el progressive como el deep tienen esa esencia como base.

Hubo un tiempo en que exploré sonidos más cercanos al tech, pero nunca llegaron a seducirme por completo. Creo que uno de mis sellos personales es estructurar casi todos mis sets de manera “piramidal”: con un inicio atractivo, un desarrollo progresivo y un desenlace contundente, como si fuera una película.

Fuiste cofundador de PLANDJ.COM, el primer sitio de TV electrónica por streaming en Sudamérica. ¿Qué aprendiste de esa experiencia pionera y cómo crees que influyó en la escena digital actual?

La idea original fue del DJ Ramiro Romero, mi profesor de bandejas. Él tenía su estudio en San Telmo y yo pasaba gran parte del tiempo allí, entre clases y sesiones.

Me propuso asociarme en el proyecto y así comenzamos a grabar y transmitir sets en vivo, cuando todavía ni siquiera se hablaba de “streaming” como tal.

Con el tiempo sumamos entrevistas a referentes de la escena y agendas con información sobre eventos en Capital y el Gran Buenos Aires.

El proyecto duró algunos años y finalizó cuando Ramiro se radicó en el exterior para continuar su carrera. Fue una experiencia enriquecedora y llena de sensaciones nuevas, algo que siempre creo necesario en cualquier proyecto creativo. No sé si dejó huella en la escena, pero sin duda lo hizo en quienes lo creamos.

Además de DJ, eres artista visual, ilustrador y grafitero. ¿Cómo se retroalimentan esas distintas facetas creativas en tu proceso artístico?

Soy artista plástico prácticamente desde que tengo memoria, y nunca abandoné esa vocación. La música llegó a mi vida como DJ en 2001, y con el tiempo me di cuenta de que para mí, mezclar música electrónica es como pintar con sonidos.
El proceso es muy similar: se trata de saber utilizar las herramientas disponibles para crear algo que conmueva. Ambas disciplinas me apasionan por igual.

Has compartido cabina con figuras nacionales e internacionales. ¿Qué momentos destacas como hitos en tu carrera y qué aprendiste de esos encuentros?

He tenido el privilegio de compartir cabina con destacados DJs locales, referentes de la escena con los que en algunos casos mantengo una amistad y un gran afecto.

En cuanto a los internacionales, guardo recuerdos muy especiales de dos experiencias en particular. La primera fue con DJ Tarkan, de Turquía. Usaba mucho su música en mis sets y un día surgió la oportunidad de traerlo a Argentina y hacerle el warm-up. Años después le envié la foto de aquel momento y él aún lo recordaba, lo que me emocionó mucho.

La segunda fue con Derek Howell, de Estados Unidos. También era un artista cuyas producciones utilizaba con frecuencia, incluso en vinilo, y tuve la oportunidad de abrir su set y llevarme algunos promos autografiados.

Cuando comencé mi carrera como DJ, mi único objetivo era mezclar música para que otros pudieran disfrutarla tanto como yo. A lo largo de este camino, he vivido experiencias que superaron ampliamente esa expectativa. La vida me ha premiado mucho, y soy plenamente consciente y agradecido por ello.

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